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Los frutos de la granada se han utilizado con fines medicinales y ceremoniales en diversas culturas y tradiciones a lo largo y ancho del mundo durante siglos. La granada ha hecho historia y ha pasado de ser una fruta sagrada a convertirse en un alimento apreciado en todo el mundo.
Si bien muchos se limitan a disfrutar de su sabor ácido y fresco, los estudios indican que esta fruta deliciosa podría aportar algunos beneficios extraordinarios para la salud.
En realidad, la granada es una baya que se cultivaba originalmente en Asia occidental, el Mediterráneo y Oriente Medio. En la actualidad, la granada se cultiva de forma más generalizada en todo el mundo, incluso en lugares como el África tropical y el oeste de Estados Unidos.
La granada es una fruta redonda con una cáscara que parece cuero. Dentro de la fruta hay una capa exterior dura llamada epicarpio y una capa interior más blanda, parecida a una membrana, llamada mesocarpio. El mesocarpio contiene los arilos rojos y jugosos que caracterizan a la granada. Los arilos son la jugosa cápsula roja que rodea la semilla de la granada y la semilla en sí.
Las culturas antiguas reconocieron los beneficios de la granada durante milenios. La granada se utilizaba como alimento y como medicina para diversas dolencias, desde reducir las infecciones y detener la pérdida de sangre hasta regular el tránsito intestinal e impedir que los alimentos se pudrieran. Aunque los jugos pulposos y las semillas son los únicos componentes de la granada que se consumen como alimento en la actualidad, los estudios indican que otras partes de la fruta también podrían aportar beneficios extraordinarios para la salud.
Las investigaciones demuestran que los beneficios de la granada para la salud podrían ser muy variados, desde actuar como antioxidante hasta favorecer la salud cardíaca y reducir los riesgos relacionados con la obesidad.
Dado que las enfermedades cardíacas son una de las principales causas de muerte en todo el mundo, los investigadores y médicos buscan continuamente métodos nuevos y eficaces para favorecer la salud cardíaca. Uno de los beneficios de la granada y del extracto de granada es que podría contribuir a la salud del sistema cardiovascular.
En un estudio se realizó un seguimiento durante 8 semanas de participantes en hemodiálisis que bebieron jugo de granada o que fueron incluidos en un grupo de control. El estudio quería evaluar los efectos del jugo de granada en el sistema cardiovascular de los participantes. Al término del estudio, se observó una reducción considerable de la presión arterial y de los niveles de triglicéridos en el grupo que bebió jugo de granada, que no se observó en el grupo de control.
Según otro estudio en el que participaron personas con diabetes de tipo 2, el consumo de 200 mililitros (ml) de jugo de granada al día durante 6 semanas ayudó a reducir considerablemente la presión arterial. Una presión arterial más baja favorece la salud del sistema cardiovascular al reducir la cantidad de esfuerzo que debe realizar el corazón para hacer circular la sangre por todo el organismo.
Los estudios indican que la granada y el extracto de granada podrían ayudar a reducir los síntomas de la osteoartritis. La osteoartritis es una enfermedad debilitante que se caracteriza por dolores articulares, rigidez, pérdida de movilidad, hinchazón y espolones óseos. Los estudios indican que la artrosis, denominada con frecuencia artritis "por desgaste", tiene un gran componente inflamatorio que contribuye a este trastorno debilitante.
Un estudio de laboratorio evaluó la aplicación del extracto de granada sobre células que presentaban signos de osteoartritis. En el estudio se descubrió que el extracto de granada era capaz de ralentizar los signos de degradación del cartílago y reducir la inflamación.
Según otros estudios, la granada resulta beneficiosa para quienes padecen osteoartritis, ya que contribuye a reducir considerablemente la inflamación y los niveles de dolor registrados en una escala analógica visual (EAV).
En otro estudio controlado con placebo en el que participaron 19 mujeres que sufrían osteoartritis se descubrió que la administración de suplementos de granada ayudaba a reducir considerablemente los niveles de inflamación en el organismo.
Si bien la mayor parte de la atención se centra en los deliciosos arilos, diversas moléculas y compuestos bioactivos podrían contribuir a los beneficios generales de la granada para la salud.
Las investigaciones demuestran que la granada contiene diversos nutrientes, como magnesio, ácidos grasos omega 3 y polifenoles. Las hojas de la granada también contienen antioxidantes muy eficaces como la quercetina y la apigenina.
Los estudios demuestran que el jugo de granada tiene más actividad antioxidante que otros productos más potentes, como el té verde y el vino tinto, debido a su alto contenido en elagitaninos y antocianinas. También se ha descubierto que el jugo de granada reduce el estrés oxidativo causado por los macrófagos y reduce la creación de radicales libres.
Los estudios indican que la granada y el extracto de granada podrían ser beneficiosos para las personas que padecen diabetes de tipo 2.
Según algunos estudios con animales, la administración de suplementos de extracto de granada durante 10 días redujo los niveles de azúcar en la sangre y aumentó los de insulina en ayunas. La insulina es una hormona que ayuda a llevar la glucosa de la sangre a la célula para que el organismo la use como energía. Los estudios realizados con seres humanos han descubierto que el consumo de jugo de granada no solo ayudaba a reducir los niveles de azúcar en sangre en ayunas, sino que también mejoraba la función de las células beta. Las células beta son las células del páncreas que producen insulina y se ven afectadas de forma negativa en la diabetes.
En un ensayo doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo se estudiaron los efectos del extracto de granada en 40 personas con diabetes que también habían sufrido un ataque al corazón. Al cabo de un mes, se observó que el extracto de granada reducía considerablemente los niveles de azúcar en la sangre después de las comidas. También hubo una reducción en los niveles de azúcar en la sangre en ayunas y los niveles de hemoglobina A1C.
El sobrepeso se ha convertido en un problema importante de salud pública en los últimos 50 años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que las tasas de obesidad casi se han triplicado desde mediados de la década de 1970. En 2016, el 39 % de la población adulta mundial tenía sobrepeso, y el 13 % se clasificaba como obesa. La obesidad se define como una acumulación excesiva de grasa corporal que da lugar a un índice de masa corporal o IMC superior a 30. La obesidad se ha relacionado con diversos problemas de salud, como hipertensión, enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, hipercolesterolemia y aumento de la mortalidad. Los estudios indican que la granada y el extracto de granada podrían ser beneficiosos para quienes sufren sobrepeso.
En un estudio doble ciego, aleatorio y controlado con placebo se realizó un seguimiento de 48 participantes con sobrepeso y obesidad durante 30 días para evaluar los efectos del extracto de granada en su salud. Al finalizar el estudio, quienes recibieron extracto de granada presentaban niveles más bajos de azúcar en la sangre, insulina, colesterol total y lipoproteínas de baja densidad (LDL) o colesterol "malo". Además, el estudio reveló que el extracto de granada ayudaba a elevar considerablemente los niveles de lipoproteínas de alta densidad (HDL) o colesterol "bueno", a la vez que reducía la inflamación. Según algunos estudios de laboratorio, el aceite de semillas de granada tiene efectos contra la obesidad, como prevenir la acumulación de grasa en las células hepáticas y actuar como antioxidante.
¿Se pueden comer semillas de granada? La respuesta es un rotundo ¡sí! Los estudios demuestran que las semillas de granada son ricas en proteínas, vitaminas, minerales y fibra. Además, contienen otros nutrientes saludables, como el fitonutriente isoflavona.
El aceite de semillas de granada contiene grasas poliinsaturadas cardiosaludables como los ácidos linoleico y linolénico.
Los estudios también indican que las semillas de granada favorecen la salud intestinal y un microbioma intestinal diverso al actuar como prebiótico para las bacterias intestinales. Los prebióticos actúan como fuentes de alimento para las bacterias intestinales que el sistema digestivo humano no puede digerir. Incluso se ha estudiado el uso de polvo de semillas de granada como alimento funcional en productos horneados, como pastelitos, para aumentar la fibra y el contenido nutricional.
Aunque el consumo de semillas de granada suele considerarse seguro, es posible que provoque efectos secundarios. Por ejemplo, en un análisis sistemático se observó que los efectos secundarios más frecuentes derivados del consumo de semillas de granada consistían en problemas gastrointestinales como el estreñimiento. Además, se observaron síntomas gripales y problemas urinarios derivados del consumo de semillas de granada.
Los informes de casos revelaron que las reacciones alérgicas eran el efecto secundario más importante de las semillas de granada en las personas alérgicas a la fruta.
Los efectos secundarios, en caso de producirse, suelen deberse a la ingestión de grandes cantidades de semillas de granada sin darle al organismo el tiempo suficiente para digerirlas.
Los beneficios del extracto de granada podrían ser muy variados, desde actuar como un antioxidante eficaz hasta favorecer la salud cardíaca. Incorporar la granada a la rutina de bienestar podría ser la clave para gozar de una salud y un bienestar óptimos durante los próximos años.
Referencias:
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